La Muerte [UA]

Ver el tema anterior Ver el tema siguiente Ir abajo

La Muerte  [UA] Empty La Muerte [UA]

Mensaje por Aleksandar Szalansky Miér Dic 09, 2015 5:48 pm

                ¿Cuántos siglos tendrán que pasar antes de todo se acomode de nuevo?
 
Todo parecía roto.
 
                Dolía como nada parecía poder doler a un vampiro. Había, a su alrededor, un vacío. Eran cuatros en aquel lugar, pero parecían estar solos. Y él, en concreto, parecía estar así, roto. Estaba lleno de cenizas, era el único que rompía aquel silencio, gritaba y lloraba sin tratar de disimularlo por una vez en su larga vida. Y eso era lo único que se oía más allá de él. Eran los lamentos de un alma que parecía estar rota y perdida, un alma que se creía fuerte e indestructible y había descubierto no serlo. Un ser invencible que, al parecer, se había suicidado sin siquiera saberlo.
 
                — Va a amanecer, alguien debería sacarlo de aquí — la voz joven de Hidde rompió aquel silencio lejano que había entre los tres vampiros que observaban al mayor. Su mano se aferraba a la camisa de Julian, estaba manchado de sangre, herido y parecía asustado. Temía a Aleksandar, a su reacción y aún más temía mirar a Dante, quien observaba la escena con una pasividad increíble.
                —Él debería hacerlo cuando esté preparado — Julian trató de ser frío y comedido, pero sonó tan preocupado como estaba. Sostuvo la mano de Hidde por un segundo y lo soltó para ir con Dante — es algo más que una reacción puramente emocional, Daan, es más físico, no puede controlarlo ni lo pudimos predecir — musitó aquello como una muestra de consuelo, apoyando su mano en el hombro ajeno — no le puedes culpar, ve con él, te necesita.
 
Pero nadie se movió. Los gritos de Aleksandar se habían detenido de pronto y tan solo estaba ahí, derrumbado en el suelo. Abrazado a si mismo. Al menos hasta el instante en el que se giró a mirarles.
                —¡Fuera! — exclamó, y el grito rompió el silencio. Y el eco quiso hacer que su voz se oyera repetida y terrible —¡largaos, fuera de aquí!
 
                Dolía. Tanto como era capaz de doler, era un vacío en su cuerpo, en su alma. Era como si, de pronto, le hubieran arrebatado un trozo de si mismo, como si su único amor le hubiera intentado matar. Y eso era lo que más le dolía. Al levantar la mirada y verlo aún ahí lanzó un gruñido gutural, tan hondo y profundo, que habría hecho temblar al hombre más valiente sobre la tierra de haber estado presente. Fue Julian el primero en reaccionar. En tomar de la mano a Hidde de nuevo y empujó a Dante. Fue él quien cerró las ventanas de la amplia nave y quien, además, cerró la puerta sin dudarlo.
 
 
                Cuando llevaban un buen rato fuera Hidde se escabulló de los otros tres. Dante dudaba ¿estaba bien celebrar la muerte de Gaea aún con ese final inesperado? Julian estaba ocupado con ese tema y él necesitaba arreglar a Aleksandar como el mayor lo había arreglado a él meses atrás, cuando más lo necesitó. Volvió a la nave y entró en ella cerrando tras de sí. El amanecer estaba cercano y eso lo tenía bastante débil, a pesar de ello corrió junto a Alek y lo abrazó sin dudarlo.
 
—No Hidde… — su voz estaba tan rota como él, levantó el demacrado rostro y se dejó ver así, arañado, herido, sangrante e implorante —. No deberías estar aquí. No deberías verme así.
 
El abrazo del menor no se detuvo por esas palabras si no que le obligó a esconder el rostro en su pecho. Ahora era él quien lo acariciaba y lo mimaba y no quería recibir ni una sola queja sobre ello.
 
                —Te voy a ver de cualquier modo, viejo — dijo con voz lo más animada que podía llegar a demostrar — me dijiste que yo podría arreglar cualquier cosa, por más rota que pareciera, y tú lo pareces ahora. Déjame ayudarte a arreglar esto, igual que Julian está tratando de ayudar a Dan mientras tanto.
 
Aleksandar se aferró a las ropas del menor, ambos puños apretaban con fuerza la camiseta manchada de sangre y cenizas. Con olor a humor y a muerte. Lloró como no lo había hecho en años y entre susurros le agradeció que hubiera vuelto. Había algo dentro de él que no funcionaba bien y entre llantos, sin más palabras ni promesas, llegó el amanecer.
 
 
Al día siguiente. 17:58
 
 
                Fue Hidde el primero en despertar ese amanecer. Alek seguía abrazado a él, agarrándolo con la misma fuerza con la que lo había hecho todo el resto de la noche anterior. Se removió y le zarandeó ligeramente para hacerle despertar y cuando lo consiguió notó que el mayor seguía en ese estado casi letárgico en el que se lo había encontrado al final de la noche. Sacó el móvil y, sin pensarlo, le dejó un par de mensajes bastante insultantes a Dante por no estar ahí en ese momento mismo. Por no haberlo vuelto a buscar y mientras tanto acarició la cabeza de un abatido Aleksandar, que reposaba en sus piernas.
 
                —Sabes, Alek, entiendo lo que te pasa — el rubio se giró un poco a mirarle, tan solo un poco. No sentía fuerzas ni tenía ganas de hacerlo de verdad —duele cuando se ha perdido a alguien importante… pero, supongo que duele mucho más cuando tu relación con esa persona no era todo lo estupenda que podría ser. Duele no haber sido capaz de arreglarlo mientras se podía ¿no?
 
Hidde trataba de hacerle sentir que no era tan raro. La noche anterior le había dicho muy poco, casi no entendía nada de lo que le pasaba a Alex, pero había algo que transmitió a su mente perfectamente. No lograba entender como ella le dolía así. Justo ella, el mal central de muchos de sus problemas. Lo único que había entendido era que el vampiro no estaba de acuerdo con ese dolor que sentía y eso lo hacía sentir peor aún. Se había centrado en eso al hablar. Haciendo tiempo. Esperando a que Dante llegara. Tenía que hacerlo. Si no lo hacía la decepción del neófito cruzaría un umbral imposible tratándose de él.
 
                —Gracias Hidde —susurró enterrando en el rostro de sus piernas. En cualquier otra circunstancia aquella posición habría sido objeto de mil burlas y chiste entre ambos pero en ese momento el muchacho tan solo lo entendió como lo que era y le propició una serie de caricias en la espalda y el cuello que denotaban el cariño que sentía hacía él —. Debo de parecer el ser más triste sobre la faz de la tierra.
 
 
Su última palabra se vio eclipsada por el sonido de la puerta al abrirse. Aleksandar trató de ponerse en pie. Pero lo más que consiguió fue incorporarse levemente mientras se apoyaba en el muchacho. Quedó con la espalda pegada a su hombro y aún igual de dolido. Pero era orgulloso, no iba a dejarse ver así una noche más.
Al otro lado, la puerta se cerró, entraron Julian y Dante, quienes se acercaron hasta ellos. Despacio. Dante se arrodilló delante de Alek. Julian tendió la mano a su vástago para que se levantara y sin mediar palabras ni ser consciente de como había ocurrido, Alek y Dante estaban solos, Hidde no dudó en dejarlos así.
 
                —Lo siento Daan… — Aleksandar había pensado en él durante toda la noche anterior. Y había pensado en su reacción ante la muerte de la pelirroja. Había sido partícipe de ello. Había ayudado tanto a planearlo como a desarrollarlo y realizarlo. Había visto a la vampiresa arder y había golpeado a todos sus amigos mientras intentaba sacarla de las llamas. Había golpeado a Dante, a Julian, a Hidde. Y se arrepentía tanto de esos golpes como del fuego que le arrebató esa parte de él que ya jamás volvería — no pensé que fuera a doler tanto. Que os fuera a dañar. Que fuera a volverme contra ti.
 
Dante no respondió nada automáticamente. Sus manos se apoyaron en el rostro de Alek, leyó en su dolor y lo acarició. Trató de limpiar la sangre  con pocos resultados y finalmente fue a sus labios y le regaló un beso tierno de aceptación de la disculpa.
 
—Nadie habría imaginado eso, Alex. Me dolió verlo. No voy a mentirte. Pero…está hecho. Tu querías, yo lo necesitaba. Y ahora debemos estar más unidos que nunca — apoyó la frente en la contraria, buscó en esos ojos celestes algo que pudiera llegar a reparar y sanar. Quería aliviar el dolor de su alma pero no sabía como — siento haberme marchado. Haber dudado de ti. Te prometí que te cuidaría y protegería, pero te dejé solo. Por mis estúpidas dudas.
 
Ambos se quedaron en silencio tras aquello. No tenía sentido decir más. La herida que el vampiro se había autoinflingido asesinando a su vástago tardaría en sanar, pero Dante iba a estar ahí para él, para cuidarle, para agradarle ese apoyo único que era tenerlo a su lado. Para besar sus labios siempre que fuera necesario y para acunar su cuerpo en cualquier instante si la recordaba entre sueños. No les hicieron falta más palabras para pasar una noche entre consuelos, besos y abrazos. Una noche en la que el cuerpo de uno fue una extensión del otro, en la que resultaría imposible saber que eran dos, en lugar de uno. Fue una noche en la que simplemente se amaron y se dejaron amar, para olvidar, conmemorar y lograr que gran parte de todo lo que Aleksandar pudiera llegar a sentir se aliviara y a la vez se completara. Porque Dante era todo lo que podía necesitar y todo lo que tenía, porque Alek quería ser eso mismo para él y sabía que lo conseguiría.
Aleksandar Szalansky
Vampiros

Mensajes :
1534
Dólares :
427
Imagen :
La Muerte  [UA] LQRoNr3
Mensajes :
1534
Dólares :
427
Imagen :
La Muerte  [UA] LQRoNr3
1534
427
La Muerte  [UA] LQRoNr3
Aleksandar Szalansky
Vampiros

Volver arriba Ir abajo

Ver el tema anterior Ver el tema siguiente Volver arriba

- Temas similares

 
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.