Relaciones de Dante

Dante disfruta de las nimiedades de la vida: el crujir de las hojas cuando las pisas en otoño, el olor de un libro nuevo y de la tierra húmeda, el cántico de su guitarra, el primer cruce de miradas con una persona con la cual existe atracción… Es ésta cualidad la que le permite conservar un aura de ilusión y de cierta inocencia frente a la vida, a diferencia de otros seres que, como Dante, han vivido más de los que les tocaba y están aburridos de la monotonía de su existencia. También es la capacidad que tiene para deleitarse con los pequeños placeres lo que le hace captar la belleza allá donde otros no pueden hallar ni un atisbo, virtud que le hace tener una especial sensibilidad hacia el arte, que se vio acentuada en el momento de su conversión. Capta la belleza del mundo y trata de encerrarla en sus lienzos y cuando toca la guitarra para regalar a la humanidad algo que perdure. Para Dante, esa es la esencia de la vida: dejar, de algún modo, el mundo más bonito que cuando llegaste a él. Aunque Dante tenga un gran mundo interior, no es fácil percibirlo. Es una persona poco habladora, introvertida y que mide muy bien a quien entregar su tiempo y su confianza; los años le han hecho tener poca paciencia para las mezquindades, las hipocresías y las injusticias. De hecho, es una persona cabezota, orgullosa y obstinada, y tiende a rebelarse contra aquello que no le parece justo, incluso olvida utilizar los medios más acertados para llegar al fin que se ha propuesto. Es sumamente protector y posesivo con los suyos. No le molestan las críticas hacia su persona, pues sabe ser mordaz y sarcástico como el que más y devolver los golpes, tanto físicos como verbales. No obstante, cuando tocan a sus seres queridos, se vuelve irracional y agresivo. No importa cuánto tiempo hace que una persona los hirió, Dante seguirá acordándose por muchos años que pasen y acabará devolviendo ese daño. Esa es la peor parte de su personalidad: ese rencor que lo mata por dentro y que, tarde o temprano, explota en forma de venganza, a veces sangrienta.